viernes, 20 de mayo de 2016

RESERVA PARQUE PROVINCIAL VOLCÁN TUPUNGATO

El parque se sitúa a 110 kilómetros al Sudoeste de la ciudad de Mendoza, siendo la única reserva compartida por dos departamentos: Luján y Tupungato. Se declaró reserva en 1983. Comprende unas 150000 hectáreas, protegiendo un importante sector de los Andes Centrales. Su objeto de creación es el Volcán Tupungato de 6820 metros, con sus nieves eternas, y los ambientes cordilleranos únicos que protege.
El término Tupungato deriva de la lengua quechua que refiere a tierra que verdea. Es una continuidad del Parque Aconcagua y de ambiente similar. El puesto de guardaparques se ubica en el Refugio Santa Clara.
El área abarca dos grandes estructuras: la Cordillera Principal y la Cordillera Frontal, ubicadas respectivamente al oeste y al este del valle longitudinal del río Tupungato, que prácticamente las separa. Al pie oriental de la alta montaña del Cordón del Plata se extiende el área pedemontana. La Cordillera Frontal, está adosada al este a la Cordillera Principal y desaparece al sur del río Diamante. Con alturas que alcanzan los 5000 y 6000 metros sobre el nivel del mar, es un macizo muy antiguo penetrado por cuerpos graníticos y otras rocas magmáticas. La División de los altos Andes en Cordillera Principal y Frontal, es más geológica que biológica debido a que todos los elementos orográficos se encuentran estrechamente soldados entre sí, separándolos sólo los profundos valles longitudinales de ríos como el Tupungato, entre las dos cordilleras o el valle de Uspallata entre cordillera Frontal y Precordillera.
Dos ríos principales recogen las aguas a partir de la masa volcánica de Cerro Tupungato: hacia el norte el río Tupungato y hacia el sur el río Tunuyán, se agregan los ríos de las Tunas y Anchayuyo, que drenan las aguas de la Cordillera Frontal hacia el río Tunuyán en su tramo a través de la llanura pedemontana.
La red hidrográfica se alimenta casi exclusivamente del derretimiento del hielo y de la nieve, insumiéndose una gran parte de sus caudales en el piedemonte, abasteciendo las napas de agua subterránea. Esta es una de las funciones más importantes de este parque, las reservas de agua dulce. Las rocas más antiguas de la región constituyen el basamento cristalino (como su nombre lo indica la base, de edad Precámbricas el cual ha sido plegado y muy modificado por presión y temperatura, es decir metamorfizado). En la región se encuentran sedimentos de origen marino y un conjunto de rocas volcánicas de más de 300000 millones de años (Pertenecientes al Paleozoico). Posteriormente se produce una acumulación de sedimentos continentales y marinos (calizas, yeso) durante el Mesozoico (entre 210 y 65 millones de años).
Durante el período Terciario superior (Plioceno) y Cuaternario debido a la presencia de enormes fuerzas vinculadas al levantamiento de Los Andes, en algunos lugares se produjeron fracturas o zonas de debilidad, lo que favoreció la manifestación de eventos volcánicos. Algunos volcanes conservan aún la forma de conos achatados, a pesar de la destrucción avanzada y prolongada por los procesos erosivos. Un aspecto a destacar es la presencia de glaciares, que tuvieron un gran avance durante el periodo Cuaternario. Como el resto de los sistemas montañosos del mundo la región exhibe una gran variabilidad de formas y procesos. Las altas tasas de erosión y sedimentación son producto de eventos cíclicos episódicos a través del tiempo.
Una completa sucesión de rocas volcánicas están a la vista en el Cerro Tupungato. Las rocas forman un cerro volcánico bastante gastado sobrepuesto a una muy antigua planicie. En su cima hay cráteres lo que confirma que el Cerro Tupungato es un antiguo volcán, apagado y profundamente desmantelado, coronado por extensos glaciares. Durante el Pleistoceno se formó una lengua glaciar de más de 26 kilómetros de longitud.
Al tratarse de un ecosistema de extrema elevación y bajas precipitaciones que lo torna de clima riguroso la biodiversidad es baja. Sin embargo, las especies animales y vegetales que allí habitan son de particular interés, demostrando notables adaptaciones a la vida de altura y concentrándose hacia las partes más bajas del parque. La reserva está comprendida dentro de la provincia fitogeográfica Altoandina. La vegetación que predomina son los pastizales abiertos de altura de huecú (especie de pasto de la montaña) con áreas limitadas de matorrales arbustivos bajos como la leña amarilla y el cuerno de cabra. En general, la vegetación está adaptada a soportar bajas temperaturas, suelos pobres muy minerales y las tormentas de nieve y viento.
Todo esto es lo que le da su aspecto achaparrado y de matas que crecen en cojín. Existen vegas donde se acumula agua y crece otro tipo de vegetación que soporta largos períodos de congelamiento del suelo. En las partes pedemontanas más bajas las comunidades arbustivas son más altas y cerradas.
Las especies animales más típicas son el cóndor, el águila mora, los guanacos, zorros, los ratones de montaña, la agachona, destacándose una especie de sapo y una de lagartija, ambas típicas de la montaña. Las liebres europeas son muy abundantes, siendo un animal exótico asilvestrado en la región.


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