El parque se sitúa a 110 kilómetros al
Sudoeste de la ciudad de Mendoza, siendo la única reserva compartida por dos
departamentos: Luján y Tupungato. Se declaró reserva en 1983. Comprende unas
150000 hectáreas, protegiendo un importante sector de los Andes Centrales. Su
objeto de creación es el Volcán Tupungato de 6820 metros, con sus nieves
eternas, y los ambientes cordilleranos únicos que protege.
El término Tupungato deriva de la lengua
quechua que refiere a tierra que verdea. Es una continuidad del Parque
Aconcagua y de ambiente similar. El puesto de guardaparques se ubica en el
Refugio Santa Clara.
El área abarca dos grandes estructuras:
la Cordillera Principal y la Cordillera Frontal, ubicadas respectivamente al
oeste y al este del valle longitudinal del río Tupungato, que prácticamente las
separa. Al pie oriental de la alta montaña del Cordón del Plata se extiende el
área pedemontana. La Cordillera Frontal, está adosada al este a la Cordillera
Principal y desaparece al sur del río Diamante. Con alturas que alcanzan los
5000 y 6000 metros sobre el nivel del mar, es un macizo muy antiguo penetrado
por cuerpos graníticos y otras rocas magmáticas. La División de los altos Andes
en Cordillera Principal y Frontal, es más geológica que biológica debido a que
todos los elementos orográficos se encuentran estrechamente soldados entre sí,
separándolos sólo los profundos valles longitudinales de ríos como el
Tupungato, entre las dos cordilleras o el valle de Uspallata entre cordillera
Frontal y Precordillera.
Dos ríos principales recogen las aguas a
partir de la masa volcánica de Cerro Tupungato: hacia el norte el río Tupungato
y hacia el sur el río Tunuyán, se agregan los ríos de las Tunas y Anchayuyo,
que drenan las aguas de la Cordillera Frontal hacia el río Tunuyán en su tramo
a través de la llanura pedemontana.
La red hidrográfica se alimenta casi
exclusivamente del derretimiento del hielo y de la nieve, insumiéndose una gran
parte de sus caudales en el piedemonte, abasteciendo las napas de agua
subterránea. Esta es una de las funciones más importantes de este parque, las
reservas de agua dulce. Las rocas más antiguas de la región constituyen el
basamento cristalino (como su nombre lo indica la base, de edad Precámbricas el
cual ha sido plegado y muy modificado por presión y temperatura, es decir
metamorfizado). En la región se encuentran sedimentos de origen marino y un
conjunto de rocas volcánicas de más de 300000 millones de años (Pertenecientes
al Paleozoico). Posteriormente se produce una acumulación de sedimentos
continentales y marinos (calizas, yeso) durante el Mesozoico (entre 210 y 65
millones de años).
Durante el período Terciario superior
(Plioceno) y Cuaternario debido a la presencia de enormes fuerzas vinculadas al
levantamiento de Los Andes, en algunos lugares se produjeron fracturas o zonas
de debilidad, lo que favoreció la manifestación de eventos volcánicos. Algunos
volcanes conservan aún la forma de conos achatados, a pesar de la destrucción
avanzada y prolongada por los procesos erosivos. Un aspecto a destacar es la
presencia de glaciares, que tuvieron un gran avance durante el periodo
Cuaternario. Como el resto de los sistemas montañosos del mundo la región
exhibe una gran variabilidad de formas y procesos. Las altas tasas de erosión y
sedimentación son producto de eventos cíclicos episódicos a través del tiempo.
Una completa sucesión de rocas
volcánicas están a la vista en el Cerro Tupungato. Las rocas forman un cerro
volcánico bastante gastado sobrepuesto a una muy antigua planicie. En su cima
hay cráteres lo que confirma que el Cerro Tupungato es un antiguo volcán,
apagado y profundamente desmantelado, coronado por extensos glaciares. Durante
el Pleistoceno se formó una lengua glaciar de más de 26 kilómetros de longitud.
Al tratarse de un ecosistema de extrema
elevación y bajas precipitaciones que lo torna de clima riguroso la
biodiversidad es baja. Sin embargo, las especies animales y vegetales que allí
habitan son de particular interés, demostrando notables adaptaciones a la vida
de altura y concentrándose hacia las partes más bajas del parque. La reserva
está comprendida dentro de la provincia fitogeográfica Altoandina. La
vegetación que predomina son los pastizales abiertos de altura de huecú
(especie de pasto de la montaña) con áreas limitadas de matorrales arbustivos
bajos como la leña amarilla y el cuerno de cabra. En general, la vegetación
está adaptada a soportar bajas temperaturas, suelos pobres muy minerales y las
tormentas de nieve y viento.
Todo esto es lo que le da su aspecto
achaparrado y de matas que crecen en cojín. Existen vegas donde se acumula agua
y crece otro tipo de vegetación que soporta largos períodos de congelamiento
del suelo. En las partes pedemontanas más bajas las comunidades arbustivas son
más altas y cerradas.
Las especies animales más típicas son el
cóndor, el águila mora, los guanacos, zorros, los ratones de montaña, la
agachona, destacándose una especie de sapo y una de lagartija, ambas típicas de
la montaña. Las liebres europeas son muy abundantes, siendo un animal exótico
asilvestrado en la región.
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