Esta reserva protege uno de bosques
nativos más importantes que aún quedan en la provincia. Se ubica en la
planicie nororiental de Mendoza, denominada Travesía de Guanacache.
El nombre de la reserva deriva de la lengua huarpechrein o teñc (maduro) y
chreca o teca (fruto o semilla), interpretado como “fruto maduro”. Éste
posiblemente es el del algarrobo, que constituía un alimento base de
los primitivos habitantes.
El clima es desértico, con
amplias variaciones de la temperatura que se traducen en veranos muy
cálidos e inviernos fríos. Las temperaturas varían entre 48°C en verano y
los -10ºC en invierno.
La región posee una gran
diversidad biológica, a pesar de estar ubicada en la zona más
árida de Mendoza, la cual recibe por año, en promedio, 150 milímetros
de lluvias.
Desde el punto de vista biológico, la
reserva está situada en la Ecorregión del Monte, con influencia
de especies chaqueñas, entre las que se destaca el algarrobo dulce,
un árbol que forma bosques abiertos de ejemplares dispersos. La existencia
de esta especie depende del agua subterránea (napas freáticas), que
en la zona se encuentra a una profundidad aproximada de 10 metros, por lo
que domina en los sitios bajos o en médanos de escasa altura. Por
eso se denomina “bosque freatófito” a esta formación vegetal. El
algarrobo dulce constituye una presencia clave dentro del ecosistema de
Telteca, ya que su protección garantiza la conservación de un gran número
de especies vegetales y animales que dependen de él.
Su fauna es muy rica y está representada por una gran diversidad de especies herbívoras, como la mara, la vizcacha, el cuis, el tuco y los ratones de campo, entre otras. Entre los predadores aparecen zorros grises, hurones, gatos monteses, zorrinos y pumas. En la región nidifican más de 40 especies de aves, siendo las más características el sietecuchillos, la calandria, la monterita de collar, el gallito copetón, la chuña de patas negras y el ñandú. Recientemente se ha empezado a estudiar al águila coronada, un ave en peligro de extinción. Los médanos guardan una importante diversidad de reptiles, entre los que se destacan teius, lagartos colorados, tortugas y yararás. Los pobladores actuales, descendientes de los huarpes, utilizan este ambiente aprovechando la leña, las plantas forrajeras (para la cría de cabras) y el junquillo (para realizar tejidos con distintos fines). Son comestibles los frutos de chañares y algarrobos, y la fauna en general es un buen sustento de proteínas. Se abastecen de agua a través de jagüeles, que son precarios pozos cavados en la arena o la greda, de donde extraen agua cuya calidad no es la óptima.
Su fauna es muy rica y está representada por una gran diversidad de especies herbívoras, como la mara, la vizcacha, el cuis, el tuco y los ratones de campo, entre otras. Entre los predadores aparecen zorros grises, hurones, gatos monteses, zorrinos y pumas. En la región nidifican más de 40 especies de aves, siendo las más características el sietecuchillos, la calandria, la monterita de collar, el gallito copetón, la chuña de patas negras y el ñandú. Recientemente se ha empezado a estudiar al águila coronada, un ave en peligro de extinción. Los médanos guardan una importante diversidad de reptiles, entre los que se destacan teius, lagartos colorados, tortugas y yararás. Los pobladores actuales, descendientes de los huarpes, utilizan este ambiente aprovechando la leña, las plantas forrajeras (para la cría de cabras) y el junquillo (para realizar tejidos con distintos fines). Son comestibles los frutos de chañares y algarrobos, y la fauna en general es un buen sustento de proteínas. Se abastecen de agua a través de jagüeles, que son precarios pozos cavados en la arena o la greda, de donde extraen agua cuya calidad no es la óptima.
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