sábado, 21 de mayo de 2016

RESERVA NATURAL DIVISADERO LARGO

Su nombre hace referencia al cerro Divisadero Largo, un punto panorámico que para los indígenas quizás haya constituido un sitio de avistaje de animales, como guanacos y choiques, a los cuales les daban cacería.
La reserva posee diversos valores ambientales, como la presencia de una falla geológica y las evidencias de su desplazamiento, que han conformado el afloramiento de diferentes niveles de rocas de origen sedimentario que representan un intervalo de tiempo mayor de 200 millones de años; el hallazgo de numerosos y variados fósiles en estas rocas, el estudio de procesos de erosión, escurrimiento y sedimentación, por hallarse en una zona de fuerte incidencia de estos factores de modelado terrestre; la presencia de una alta biodiversidad en flora y fauna, por hallarse enclavada dentro de un ecotono o zona de transición entre dos ecorregiones: el monte y el cardonal; el hallazgo de sitios arqueológicos ocupados por los primitivos habitantes de Mendoza en distintos períodos de tiempo, que van desde hace 8.000 años hasta los tiempos poscolombinos; la existencia de restos de una antigua explotación minera que está íntimamente ligada a la historia y al progreso de la ciudad de Mendoza.
La totalidad de las rocas presentes se formó bajo ambientes continentales: ríos, lagos, lagunas, deltas, ambientes salinos y abanicos aluviales. Éstos fueron ocupando alternadamente la región y dejaron a través del tiempo enormes volúmenes de sedimentos. Por último, luego de la elevación de la Cordillera de los Andes y en el Cuaternario (abarcó los últimos dos millones de años), la Precordillera aportó materiales que cubrieron las formaciones antiguas.
La flora y la fauna actuales del ecosistema piedemontano son sumamente diversas. Entre las especies típicas de la planicie se encuentran algarrobos, chañares brea, y animales como el zorro gris, el jote, la martineta. Y dentro de las especies propias de la precordillera encontramos muchas cactáceas, yales, piquitodeoros, zorros colorados, águilas moras y demás. Tanto el ñandú como el suri (uno de la planicie y otro de la montaña respectivamente) antiguamente poblaban la zona, pero han desaparecido de la reserva con el avance de la ciudad hacia el piededemonte. Lo mismo está ocurriendo con el guanaco.


No hay comentarios:

Publicar un comentario