Su nombre hace referencia al cerro
Divisadero Largo, un punto panorámico que para los indígenas
quizás haya constituido un sitio de avistaje de animales, como
guanacos y choiques, a los cuales les daban cacería.
La reserva posee diversos valores ambientales,
como la presencia de una falla geológica y las evidencias de su
desplazamiento, que han conformado el afloramiento de diferentes niveles
de rocas de origen sedimentario que representan un intervalo de
tiempo mayor de 200 millones de años; el hallazgo de numerosos y
variados fósiles en estas rocas, el estudio de procesos de erosión,
escurrimiento y sedimentación, por hallarse en una zona de fuerte
incidencia de estos factores de modelado terrestre; la presencia de
una alta biodiversidad en flora y fauna, por hallarse enclavada dentro de
un ecotono o zona de transición entre dos ecorregiones: el monte y
el cardonal; el hallazgo de sitios arqueológicos ocupados por los
primitivos habitantes de Mendoza en distintos períodos de tiempo, que van
desde hace 8.000 años hasta los tiempos poscolombinos; la
existencia de restos de una antigua explotación minera que
está íntimamente ligada a la historia y al progreso de la ciudad de
Mendoza.
La totalidad de las rocas presentes se
formó bajo ambientes continentales: ríos, lagos, lagunas,
deltas, ambientes salinos y abanicos aluviales. Éstos fueron ocupando
alternadamente la región y dejaron a través del tiempo enormes volúmenes
de sedimentos. Por último, luego de la elevación de la Cordillera de
los Andes y en el Cuaternario (abarcó los últimos dos millones de años),
la Precordillera aportó materiales que cubrieron las formaciones antiguas.
La flora y la fauna actuales del ecosistema piedemontano son sumamente diversas. Entre las especies típicas de la planicie se encuentran algarrobos, chañares brea, y animales como el zorro gris, el jote, la martineta. Y dentro de las especies propias de la precordillera encontramos muchas cactáceas, yales, piquitodeoros, zorros colorados, águilas moras y demás. Tanto el ñandú como el suri (uno de la planicie y otro de la montaña respectivamente) antiguamente poblaban la zona, pero han desaparecido de la reserva con el avance de la ciudad hacia el piededemonte. Lo mismo está ocurriendo con el guanaco.
La flora y la fauna actuales del ecosistema piedemontano son sumamente diversas. Entre las especies típicas de la planicie se encuentran algarrobos, chañares brea, y animales como el zorro gris, el jote, la martineta. Y dentro de las especies propias de la precordillera encontramos muchas cactáceas, yales, piquitodeoros, zorros colorados, águilas moras y demás. Tanto el ñandú como el suri (uno de la planicie y otro de la montaña respectivamente) antiguamente poblaban la zona, pero han desaparecido de la reserva con el avance de la ciudad hacia el piededemonte. Lo mismo está ocurriendo con el guanaco.
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