La reserva se sitúa 200 kilómetros al
Sudoeste de la ciudad de Mendoza, dentro del departamento San Carlos. Fue
declarada reserva en 1994. Posee unas 110000 hectáreas y está protegiendo un
importante sector de la cresta de la Cordillera Principal, en los Andes
Centrales, que comprende al Volcán Maipú de 5323 metros y la laguna propiamente
dicha, a 3300 metros de altura. Esta laguna es uno de los principales
reservorios de agua dulce de la provincia.En este lugar se encuentran guanacos,
zorros colorados y patos, entre otros animales silvestres.
A comienzos del período Cuaternario se
produjo el colapso de una enorme caldera volcánica de 14 a 17 kilómetros de
diámetro, donde actualmente se ubica la laguna. Las calderas podrían asemejarse
a enormes ollas producidas por hundimiento o colapso de un volcán. Se
produjeron además grandes erupciones de cenizas volcánicas ricas en silicio. Las
rocas más importantes luego de la formación de la caldera son lavas
provenientes del volcán Maipo. Sus erupciones construyeron un edificio de
aproximadamente 5200 metros. Este volcán presenta una típica forma triangular
que reflejada en la Laguna forma el Diamante, al que hace referencia el nombre.
Un aspecto a destacar son los efectos
del congelamiento estacional. La acción del frío y las cubiertas de nieve
provocan diversos procesos, pudiéndose destacar la crioclastía, es decir la
fracturación de las rocas por efectos de la expansión del hielo presente en las
grietas y también por amplitud térmica. Los flujos de destritos a lo largo de
las laderas son muy comunes en áreas con grandes cubiertas de materiales de
origen volcánico, piroclastos, una de las características principales del área
de la reserva.
Es interesante señalar los efectos sobre
la vegetación, donde las matas de gramíneas adquieren generalmente la forma de
círculos o semicírculos. La geocriología es la ciencia que estudia los efectos
de las bajas temperaturas sobre la superficie de la tierra. El congelamiento y
descongelamiento del suelo ejerce un efecto fundamental sobre los materiales de
la corteza y a su vez determina la distribución de plantas y animales. Una
condición muy importante es el tiempo durante el cual esas capas de la parte
superior de la corteza permanecen congeladas y el tiempo durante el cual ellos
están sometidos a ciclos continuos de congelamiento y descongelamiento. Toda la
Cordillera de los Andes se considera como tierra fría o criogénica.
Las especies animales y vegetales que
allí habitan son de particular interés, demostrando notables adaptaciones a la
vida de altura y concentrándose hacia las partes más bajas del parque. La
vegetación predominante es un matorral subarbustivo muy abierto y bajo de leña
amarilla y yareta, con pastizales de huecú (especie de pasto de la montaña) que
se tornan más bajos y densos con diferente composición de especies en las
vegas, que corresponden a sitios de acumulación de agua. Los suelos son pobres
en nutrientes, manteniéndose congelados la mayor parte del año.
Esta reserva protege amplias áreas de
veraneo de grandes manadas de guanacos que migran a regiones bajas del
departamento de San Carlos durante el invierno. En los sitios abiertos habita
el cauquén, especie de pato que se alimenta de plantas y semillas, y la
caminera que consume insectos a nivel del suelo. Existen varias especies de
ratones de la montaña que se refugian en madrigueras para evitar predadores
como el águila mora y zorro colorado. La laguna no posee peces autóctonos, se
realizó la siembra de truchas que son aprovechadas para la pesca deportiva.
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